Nos hace viajar en el tiempo hasta un momento importante de nuestras vidas y sentir la misma emoción de aquel instante.
Una fotografía puede conseguir que notemos de nuevo el aroma de aquellas flores, oigamos la música que sonaba a nuestro alrededor y sintamos aquel pellizco en el estómago.
Todos le llaman fotografía, pero yo creo que parar tiempo para volverlo a vivir cuando queramos se parece mucho a la magia.
Y eso de parecerme a un mago, me encanta. Por eso no me conformo con ajustar los parámetros de mi cámara y disparar.
Las que no se sienten cómodos delante de una cámara.
Las que valoran la fotografía como un ingrediente importante de su boda.
Las que no quieren estar pendientes de la cámara en un día tan importante, sino tener un testigo mudo que capture, incluso, lo que no les dé tiempo a ver.
Las que no quieren el reportaje estándar que han visto mil veces en otras bodas, sino su historia única e irrepetible.
Así que lo justo es que yo también te hable de mí:
Soy de Valencia, concretamente de Genovés.
Llevo más de 10 años trabajando como fotógrafo de boda.
Me encanta el arte, saborear un buen vino y disfrutar como un niño cada vez que salgo de ruta con mi mountain bike. Soy un gran apasionado de las motos.
Estoy casado con la mujer de mi vida y tenemos una niña y un niño capaces de volvernos locos sin apenas mover un dedo.